martes, 23 de agosto de 2011

Casualidad. [Fracaso/Sin terminar]

Era un día como otro, Clara se encontraba en su cama desperezándose entre las sábanas a las 12 de la mañana como cualquier sábado, tras llevar solo unas pocas horas durmiendo. Se había acostado tarde como habitualmente hacía los viernes después de largas horas enganchada al portátil, viendo algún que otro vídeo erótico por Internet. A menudo solía fantasear con su vecino, Jeremy, un chico de 17 años que asistía a su instituto, moreno, alto, de unos precioso ojos color verde miel. Llevaba colada de este chico desde que era tan solo una cría.

-¡Clara, mira que hora es, haz el favor de levantarte ya! -Vociferaba su madre desde el salón. 

Se levantó a regañadientes y se acercó al armario, vistiéndose con unos pequeños vaqueros cortos que le marcaban el trasero y una pequeña camiseta blanca de tirantes. Ese verano era realmente caluroso. Salió al salón aún descalza donde encontró a su madre, la miraba mientras se restregaba la mano por los ojos para poder deshacerse de las legañas. 

-Venga Clara, termina de arreglarte y ve a sacar al perro. -Le dijo su madre mientras practicaba el deporte que tanto le gustaba; el "zapping". 

Clara ponía los ojos en blanco sin ganas de rechistar a su madre ya que sabía que aunque le reprochara acabaría sacando al perro de igual manera. Tras ataviar a su perro con la correa y terminar de peinarse y colocarse los zapatos se dispuso a salir de su casa, con los ojos aún algo cansados. Después de cerrar la puerta y encaminarse hacia el ascensor de su portal, escuchó como otra puerta se abría, de la cual salía Jeremy con una gran bolsa de basura. No pudo evitar que el corazón le diera un vuelco al ver a aquel chico que tanto le gustaba. Frunció los labios mirando al chico de reojo mientras llamaba al ascensor.

-Buenos días Jeremy... -Saludó con hilo de voz suave, con una sonrisa tonta en el rostro, sin poder mirarle directamente a lo ojos. Era algo que la intimidaba realmente, ya que era como si pudieran ver como era ella realmente con solo un vistazo a sus ojos.

-¡Hola Clara! -Saludaba él con cierta efusividad, recorriéndola con la mirada a la vez que se mordía el labio inferior, como tenía por costumbre. -¿Vás a pasear a Dunkan? Vaya... qué pregunta más estúpida, pues claro, si no ¿que ibas a hacer? -Decía este entre risas.

Clara notó que le faltaba el aire, cuando le escuchó de reír, era el sonido más perfecto que había escuchado... Y esta entrada es una puta mierdaaaaa por que yo quiero un relato ERÓTICO no uno romántico, gilipollas .l. Ag, que asco.





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